Alcohol y drogas fueron suministrados al empresario Íñigo Arenas Saiz para aplicarle cobros de al menos 40 mil pesos a sus tarjetas bancarias, donde intervinieron empleadas, meseros y el jefe se seguridad del antro Black Royce, donde murió por ahogamiento debido a una sustancia química que le provocó vómito, informó la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM).
A casi cinco días del fallecimiento del empresario en el Black Royce, la fiscalía estatal emitió un informe sobre las causas del deceso, el cateo realizado al establecimiento y la detención de seis empleados, entre ellos cuatro mujeres.
El 5 de agosto, Arenas Saiz acudió a un bar en Polanco, en la alcaldía Miguel Hidalgo de la Ciudad de México, del cual salió la madrugada del domingo 6. Horas más tarde, familiares del empresario reportaron su desaparición ante la Fiscalía General de Justicia capitalina (FGJ), la cual emitió la cédula de búsqueda AYO/2550/2023.
La mañana del 6 de agosto, la policía municipal de Naucalpan notificó el hallazgo de un cuerpo sin vida, por lo que el mismo día la FGJEM abrió la carpeta TLA/TLA/ALV/104/218229/23/08.
El análisis de imágenes de las cámaras de videovigilancia y las entrevistas a testigos que realizó personal de la Fiscalía General de Justicia del Estado de México revelaron que la víctima abordó un taxi con cromáticas de la Ciudad de México A-5915-M a las 03:00 horas del 6 de agosto en Polanco, para llegar minutos más tarde al Black Royce, en Periférico Norte, Naucalpan.
En este antro cuatro mujeres recibieron y “atendieron” al hombre, así como el capitán de meseros y el encargado de seguridad, quienes fueron detenidos como posibles responsables de haber puesto alguna sustancia en las bebidas del empresario, quien falleció en un área VIP del establecimiento, informaron autoridades de la fiscalía.
Las empleadas fueron identificadas como Aritzi Abril, Ana Karen, Cecilia y Ana Karen, quienes ordenaron diversas bebidas y aparentemente le suministraron sustancias a Íñigo Arenas Saiz, cuya composición fue motivo de peritaje y forma parte de la teoría del caso de la FGJEM.
A las 04:59 horas, las mujeres, junto con Eduardo, el capitán de meseros, y otra persona aún por identificar, habrían persuadido al empresario de subir a un área VIP, a lo cual accedió.
Al llegar a la zona exclusiva las cuatro mujeres le expendieron cuatro botellas de bebidas con un valor de 10 mil pesos cada una, por lo que la cajera del lugar ingresó a esa área para realizar el cobro de 40 mil pesos con cargo a una tarjeta bancaria de la víctima.
Luego del cobro, el empresario permaneció con las cuatro mujeres en la zona VIP, y una vez transcurridos aproximadamente 40 minutos, una de ellas le comentó al encargado de seguridad, identificado como Carlos Daniel, que la víctima “se siente mal y se puso morado”, por lo que al notificar esta circunstancia, personal del establecimiento “le practica RCP”.
La fiscalía del Estado de México determinó que la causa de la muerte de Íñigo Arenas Saiz fue “por asfixia mecánica por sofocación inducida en su modalidad de oclusión de vías respiratorias por contenido gástrico con presencia de alcohol y de sustancias químicas de naturaleza controlada, que limitaron su conciencia, funciones motoras y que en grado de probabilidad habría propiciado su deceso”, es decir, le dieron una sustancia química que le provocó vómito y por ello murió, explicaron fuentes oficiales.
Entre las investigaciones que realizan agentes de la fiscalía mexiquense está el rastreo del teléfono celular de la víctima, que determinó a través de mapeos técnicos de movilidad, que el equipo fue apagado a las 5:09 horas del domingo 6 de agosto en la alcaldía Miguel Hidalgo y encendido a las 6:41 horas del mismo día en el área de Santa Martha Acatitla, también en la Ciudad de México, fecha y lugar en la que registra su última actividad a las 11:37 horas.
Por: ElUniversal