En un giro sorprendente de los acontecimientos, una argentina de 90 años, identificada como Ester Cunio, se vio envuelta en una situación de peligro extremo cuando terroristas de Hamas irrumpieron en su hogar en el kibutz israelí Nir Oz el pasado 7 de octubre. La mujer, junto con ocho miembros de su familia, estuvo al borde de ser secuestrada y llevada a Gaza por los extremistas, hasta que un nombre inesperado cambió su destino: Lionel Messi.
Según los informes, cuando los secuestradores de Hamas amenazaron con llevarse a Cunio y a sus familiares, ella pronunció el nombre del reconocido futbolista argentino, Messi, como último recurso para salvar sus vidas. Sorprendentemente, esta simple referencia fue suficiente para detener a los secuestradores y garantizar la liberación de la familia argentina.
«Si él (por Lionel) sabe que yo lo mencioné y me salvé, ahora le pediría por mis nietos que están ahí encerrados. Le diría que por favor ruegue a Dios porque son chicos que valen oro», comentó Cunio después de su liberación.
El incidente ha suscitado un gran interés y ha generado debates sobre el poder de la influencia cultural en situaciones de crisis. Mientras tanto, Cunio y su familia se han reunido y se recuperan del trauma de este evento, agradecidos por haber escapado ilesos gracias a una simple referencia futbolística.
Las autoridades locales continúan investigando el incidente y trabajan para garantizar la seguridad de los residentes en la región, mientras que la historia de la «abuela de la Ak-47» se convierte en un ejemplo improbable de cómo el nombre de un ídolo deportivo puede ser un salvavidas inesperado en momentos de desesperación.