Un caso sin precedentes se ha registrado en la sucursal de un banco en Bangu, zona occidental de Río de Janeiro, donde Erika de Souza Vieira Nunes, de 57 años, fue detenida después de intentar que su tío fallecido firmara documentos para un préstamo. El hombre, identificado como Paulo Roberto Braga, de 68 años, habría muerto horas antes del incidente.
Imágenes de seguridad del banco captaron el momento en que Nunes intentaba que Braga sostuviera un bolígrafo para firmar los papeles requeridos. Un empleado del banco, al notar la palidez y falta de respuesta del señor Braga, cuestionó la legalidad de la acción, a lo que Nunes respondió afirmativamente que Braga siempre había tenido ese aspecto, añadiendo de manera preocupante, «Si no estás bien, puedo llevarte al hospital. ¿Quieres volver al hospital otra vez?»
Al llegar la policía, Nunes afirmó que Braga había fallecido en el banco, versión que fue rápidamente desmentida. Un segundo video de seguridad mostró a Nunes utilizando una silla de ruedas para trasladar a su tío desde su residencia hasta el banco, desmintiendo su declaración inicial. Informes preliminares de la necropsia revelaron que el cuerpo de Braga no presentaba líquidos en ciertas áreas, lo que sugiere que no murió en una posición sentada, aunque las causas exactas de la muerte aún no han sido divulgadas.
Las autoridades están revisando más material de las cámaras de seguridad del banco y sus alrededores para determinar si Nunes contaba con cómplices, sospechando que podrían estar involucrados en un fraude organizado. Este incidente ha generado una intensa discusión sobre las medidas de seguridad en las instituciones financieras y ha puesto de relieve la vulnerabilidad de las personas mayores frente al fraude.