Tras cometer el feminicidio, Ulises llamó a su madre para confesar el horrendo acto y luego se lanzó desde el puente Anillo Periférico hacia el bulevar Clavijero.
El trágico feminicidio de Karina Michel Rojas Cervantes en Puebla ha sacudido a la comunidad y ha puesto en tela de juicio la efectividad de las órdenes de restricción en casos de violencia de género. A pesar de las medidas legales que le prohibían a su expareja, Edgar Ulises Valencia Corona, comunicarse con ella, el agresor persistió, culminando en el asesinato de la joven la semana pasada.
Karina, recién graduada de la Escuela Normal Superior del Estado de Puebla en julio de 2023, decidió poner fin a su relación con Edgar Ulises hace casi un año. Sin embargo, las repetidas llamadas y mensajes de Ulises, en flagrante violación de la orden de restricción, no cesaron. El pasado jueves 25 de enero, el agresor llevó a cabo su amenaza, asesinando a Karina y abandonando su cuerpo en un baldío.
Tras cometer el feminicidio, Ulises llamó a su madre para confesar el horrendo acto y luego se lanzó desde el puente Anillo Periférico hacia el bulevar Clavijero.
En medio de la consternación y el dolor, amigos y seres queridos de Karina Michel se despidieron de ella en redes sociales. Sus amigos recordaron los mejores momentos compartidos y expresaron su incredulidad ante la tragedia. La Escuela Normal Superior del Estado de Puebla, donde Karina se graduó, envió sus condolencias a la familia y amigos, deseándoles pronta resignación.
Este trágico suceso resalta la necesidad urgente de revisar y fortalecer las medidas de protección para las víctimas de violencia de género. La impotencia demostrada por la orden de restricción en el caso de Karina Michel plantea interrogantes sobre su eficacia y sobre qué más se puede hacer para garantizar la seguridad de las mujeres en situaciones similares.
