Un adolescente de 12 años de edad, identificado como Alex “N”, fue vinculado a proceso por su presunta responsabilidad en el asesinato de Natalia Andrade, una mujer de nacionalidad argentina que fue encontrada sin vida en su vivienda ubicada en Lomas de Angelópolis, el pasado 2 de marzo.

El menor se presentó en el Centro de Internamiento Especializado para Adolescentes (CIEPA), acompañado de su madre y su defensor legal, para enfrentar la audiencia ante un juez de control, quien determinó su vinculación a proceso.

La Fiscalía General del Estado (FGE) le imputa el delito de homicidio doloso, aunque no se descarta que el caso pueda ser reclasificado como feminicidio, en función de los resultados de las investigaciones aún en curso.

Imágenes y testimonios clave en la investigación

De acuerdo con reportes no oficiales, cámaras de seguridad habrían registrado al menor como la última persona en ingresar al domicilio de la víctima. Testimonios lo identifican como estudiante del Instituto Oriente, lo cual permitió a las autoridades avanzar en la línea de investigación.

Posibles móviles: reto o ataque planeado

Las primeras hipótesis apuntan a que el menor entró al domicilio como parte de un reto, supuestamente con la intención de grabar a la víctima. Sin embargo, al ser sorprendido, la habría agredido violentamente, causándole lesiones mortales.

Otra línea de investigación considera que el ataque pudo haber sido planeado. La FGE ya investiga posibles elementos de premeditación, y analiza el teléfono celular del menor en busca de evidencias que puedan sustentar esta versión.

Trascendió que el propio Alex habría confesado los hechos a su madre, aunque corresponderá al juez determinar si esta confesión puede ser considerada como declaración válida en el proceso penal.

El celular del menor fue asegurado por peritos, quienes trabajan en el análisis de archivos y comunicaciones que podrían vincularlo directamente con el crimen.

El asesinato de Natalia Andrade ha generado una profunda conmoción social, tanto en Puebla como a nivel internacional. La víctima, de origen argentino, dejó en la orfandad a un hijo de 11 años, quien ahora enfrenta no solo el duelo, sino también las secuelas emocionales de esta tragedia.