En pleno 2025, el polémico avión presidencial que Andrés Manuel López Obrador prometió vender sigue representando una pesada carga para el bolsillo de los mexicanos. A pesar de las promesas y estrategias anunciadas durante el sexenio pasado, la deuda por esta aeronave aún supera los 2,000 millones de pesos, según el Presupuesto de Egresos de la Federación.
Una promesa que quedó corta
En 2018, durante su campaña, López Obrador aseguró que el avión presidencial sería vendido porque “no podía haber un gobierno rico y un pueblo pobre”. Sin embargo, lo que ocurrió después fue una serie de decisiones que desataron controversias y memes en redes sociales.
Primero, el avión no se vendió de inmediato. En su lugar, se organizó una rifa simbólica en 2020, cuya mecánica fue ampliamente criticada. Se distribuyeron boletos a empresarios mexicanos para que ayudaran a recaudar fondos. En total, se generaron 1,823 millones de pesos por la venta de boletos, pero el avión no fue entregado al ganador debido a problemas de mantenimiento.
Venta a pérdida y deuda pendiente
Años después, el gobierno finalmente anunció la venta del avión al gobierno de Tayikistán por 1,658 millones de pesos. Sin embargo, la operación no cubrió la totalidad de la deuda. En el momento de la venta, la aeronave aún debía 2,180 millones de pesos, dejando un déficit de 521 millones de pesos.
Lo más alarmante es que, pese a la venta, la deuda no disminuyó significativamente. De acuerdo con el presupuesto de 2025, los mexicanos seguirán pagando por este avión hasta 2027, año en que se espera que la deuda finalmente sea liquidada.
¿Y los hospitales prometidos?
El dinero obtenido por la venta del avión fue destinado, según el gobierno federal, a la construcción de dos hospitales: uno en Tlapa, Guerrero, y otro en Tuxtepec, Oaxaca. Sin embargo, hasta la fecha no existe evidencia clara de estas obras.
Este caso plantea serias dudas sobre la transparencia en el manejo de los recursos públicos. Si bien la venta del avión se presentó como un logro, los mexicanos continúan cargando con los costos de una decisión que, en lugar de solucionar el problema, lo dejó más confuso.
La gran pregunta
Después de rifas, ventas y promesas incumplidas, ¿por qué seguimos pagando por un avión que ya no está en México? Este caso sigue siendo un recordatorio de las promesas de campaña que no se concretaron y de la falta de claridad en el uso de los recursos públicos.
Nota de redacción: Puedes consultar los datos relacionados con el presupuesto y la deuda en la página oficial de transparencia del gobierno: https://www.transparenciapresupuestaria.gob.mx/es/PTP/infografia_PPEF_2025