La exrectora de la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), Dra. Teresa García Gasca, emitió un comunicado dirigido a la opinión pública en el que defiende la transparencia y responsabilidad de la institución en el manejo de recursos públicos, además de rechazar los señalamientos dirigidos contra el exrector Gilberto Herrera Ruiz.
En el documento, García Gasca explicó que en 2020 la UAQ notificó a las autoridades correspondientes sobre irregularidades administrativas detectadas en tres proyectos financiados por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (CONACYT), enfatizando que estos temas excedían las competencias de la universidad.
La exrectora subrayó que los recursos destinados a proyectos de investigación no son gestionados ni operados por el rector en turno, sino por los investigadores responsables de los proyectos. Asimismo, recordó que fue el propio Gilberto Herrera Ruiz quien impulsó la apertura de la UAQ a auditorías públicas durante su gestión como rector (2012-2018), marcando el inicio de un compromiso con la transparencia institucional.
Sobre la polémica en torno al Dr. Herrera, García Gasca rechazó lo que calificó como una “guerra sucia” en su contra, señalando que los procedimientos legales iniciados por la universidad en 2020 no acusan ni señalan al exrector ni a ninguna persona específica. Además, aclaró que gran parte de la información difundida en redes sociales contra Herrera corresponde a otros procesos auditados y ya resueltos.
La exfuncionaria universitaria también hizo un llamado a las autoridades para que se conduzcan con respeto y apego a la legalidad, exigiendo que el caso sea resuelto con prontitud y transparencia. “La UAQ es una institución transparente que merece todo nuestro respeto y defensa de su autonomía, y no el trato indigno que, sin miramientos, le están dando algunos funcionarios públicos”, declaró.
Finalmente, García Gasca aseguró que sus declaraciones no tienen un trasfondo político o partidista, sino que están motivadas por su compromiso con la correcta resolución del caso. “Quedo a la orden”, concluyó.
La comunidad universitaria y la sociedad en general están atentas al desarrollo de este caso, que pone en juego no solo la reputación de la UAQ, sino también el respeto a la autonomía universitaria y la correcta aplicación de la justicia.
